El cambio climático puede afectar el cultivo del olivar de varias maneras:
- Cambios en las temperaturas y el clima: el aumento de las temperaturas puede afectar la floración y la producción de aceitunas, además de aumentar la incidencia de plagas y enfermedades.
- Cambios en la disponibilidad de agua: el aumento de la intensidad y frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, como sequías y lluvias intensas, puede afectar la disponibilidad de agua para el riego del olivar, afectando su crecimiento y producción.
- Cambios en el suelo: el cambio climático puede afectar la calidad y estructura del suelo, afectando la capacidad del olivar para absorber nutrientes y agua, y aumentando la erosión y la compactación del suelo.
- Cambios en el mercado: el cambio climático puede afectar la demanda de aceite de oliva, ya que cambios en la oferta y la calidad del producto pueden afectar su competitividad en el mercado.
En resumen, el cambio climático puede afectar el cultivo del olivar de diversas maneras, afectando su producción, calidad y competitividad en el mercado. Por lo tanto, es importante implementar medidas de adaptación y mitigación del cambio climático para garantizar la sostenibilidad del sector olivarero.